diciembre 03, 2011

Del Comeflorismo Urbano al Guerrerismo Neo Rural

Atención: Dirigido a: COMEFLORES, FLORIPONDIOS, ECO-CIBER-ACTIVISTAS y AFINES:

"Progresso − dalla idiozia contadina alla banalità cittadina"
Roberto Bazlen
(y añadiría yo: ¿y viceversa?)



Esto es una confesión o advertencia para aquellas personas que siendo ajenas al entorno campesino les da por emprender una vida ecológica o desean volver a la naturaleza en cualquiera de sus formas. Entonces, a ti, lector/@, que anhelas encontrar el sentido verdadero de la vida, vivir de forma sostenible y autosustentable, disfrutar de un ámbito bucólico o fumar porro todo el día (otra forma de decir lo mismo), quizás ver hadas y duendes, comunicarte con los animales, erradicar la pobreza y el hambre del mundo, ganar el premio Nobel de la Paz, salvar el planeta del apocalipsis climático...(musiquita instrumental in crescendo y final abrupto) o cualquier otro tipo de ideal con tinte verdoso... en fin, he dudado mucho sobre si escribir esto o no, pues en general no me gusta desalentar a la gente, menos fungir de abogado del diablo en materia de sueños, aunque si eres como yo, o sea, terrrc@ 'e bola, igual vas a seguir adelante con tu "proyecto" y cuando te desesperes te quedarás mirando "ay, pero qué lindo que es el paisaje" (ah porque te participo: desde el momento en que concibes el desatino, déjame decirte que se firma una especie de contrato invisible, o pacto demoníaco, entre tú, la parte interesada, a partir de ahora y para estos efectos, EL/LA COMEFLOR o CONTRATANTE, y por la otra el destino cruel, o parte solicitada, en lo sucesivo, LA CONTRARIADORA o VIDA REAL o simplemente CONSPIRACIÓN, por medio del cual de ahora en adelante la obsesión insana por una vida sana ha de calificarse eufemísticamente y también y sólo para estos efectos como EL PROYECTO). Y en realidad no se trata de desanimar, pero es que yo considero que alguien debería decir la verdad sobre las partes escabrosas de la vida a ver si los otros no se(nos) descalabran(mos) por el mismo despeñadero... todo esto viene porque a mí me molesta cuando me pasan cosas para las cuales no tengo marco de referencia, algo así como la tabla calórica de ingesta diaria, para saber si estás por encima o por debajo del promedio de consumo y las posibles consecuencias de un desbalance en uno u otro sentido, como cuando sabes el exabrupto carbohidrático que cometes al zamparte una torre de profiteroles...

Dejemos a Harkalya tejiendo su sueño, que mientras tanto me lo calo yo. Y lo que quiero confesar o advertir a cualquier citadino que esté tratando o queriendo dejar de serlo, además de la inconveniencia de la jartazón de carbohidratos azucarados, es que uno -que proviene de un entorno donde todo es metafórico-, no está preparado para un entorno donde todo es literal. Es decir, los citadinos no estamos hechos para pasar roncha  y principalmente, nos cuesta acostumbrarnos a tanta mierda, literalmente, tanto así -tanta mierda.- que a ese tema le dedicaré un artículo completo. Quizás te pasa como a mí y no te encuentras en  ninguna parte, entonces igual te vas a lanzar a la aventura de volver realidad tu PROYECTO, al menos de intentarlo. Desde ya te digo que deseches toda idea edulcorada y almibarada. Si quieres miel recibirás primero -y quizás solamente- los aguijones de las abejas. Abandona toda pretensión, toda expectativa, haz planes a sabiendas de que no se cumplirán en el tiempo previsto. Si tienes delicadeza apréciala ahora, antes de que la pierdas por completo. Resígnate a endurecerte. Olvídate de ideales, de conciencia. Aquí las cosas no se arreglan con escribir un manifiesto o pulsar un botón. El monte es rudo y duro. Sobrevivir es la nueva consigna. El ejército es de a 1. Uno contra todos, todos contra uno. Como los Mosqueteros, pero al revés, porque, recuerda, la parte solicitada es LA CONTRARIADORA o simplemente CONSPIRACIÓN, sólo para estos efectos.

¿No me entendiste? Quizás es porque lees esto fuera de contexto. ¿Pero acaso no lo estamos todos últimamente? La confesión es que sólo sigo aquí por terquedad y nostalgia, terquedad porque no tengo hacia donde retroceder y eso me hace seguir con férrea voluntad; nostalgia de mi ingenuidad, de los motivos que me impulsaron a saltar, de la fe y esperanza. La advertencia es que la vida Neorrural es a tu propio riesgo. Van a desaparecer los problemas que te molestaban en la ciudad, o muchos de ellos que es decir bastante, pero aparecerán otros que te harán desear materializarte adentro de una estación de transferencia del Metro de Caracas en hora pico un día de cobro! 

¿Todavía no me entiendes, no tienes idea de lo que hablo? Me explico un poco, aquí en el campo: "con todos los hierros" no quiere decir que comas Corn-Flakes antes de salir de casa, "Glyfosan Forte" no es un nuevo jarabe contra la tos, "Loc@ como una cabra" es loc@ como una cabra, "allá abajo" es una referencia absolutamente circunstancial (aplíquese a cualquier dirección no cardinal, v.gr. arriba, atrás, adelante...), igual que "el otro día", no alude a ninguna fecha en específico. "Unos palitos para una cerca" pueden ser cien árboles de tu bosque. Por literal y no específico. Porque lo más curioso es que lo muy literal se convierte en ambiguo, como lo de no aclarar para no oscurecer. Y así sucesivamente. Pero no es nada personal. Y eso puede llegar a ser insoportable, para un citadino claro. Ellos -los de aquí- parecen estar acostumbrados y funcionar así. Es así, te dirán. Ante cualquier atrocidad.

No nombremos aquí al señor Monsanto y Cía., eludamos el tema de la política local, mucho menos se te ocurra ser mujer - que el machismo que vas a encontrar es harina de otro costal. Tampoco hablemos de los muy esporádicos e intencionales incendios forestales (algo bueno tenía que tener el pichaque, todo está húmedo, poco se quema y sin embargo ¡Qué susto!), ni de los capataces de haciendas vecinas que resuelven las peleas entre perros a machetazos (a mi perro o el tuyo, ni de vaina al suyo), no hablemos de la apatía de la comunidad, ni de las arbitrariedades vengan de donde vengan. No hablemos de goteras que caen a chorros o de ropa que no se seca, ni de invasiones de hormigas rojas a medianoche entre tus almohadas. Ni de cabras que se ahorcan por ineptitud humana. Ni de la economía aberrante. No, no estamos hablando de ninguna de esas cosas, esto es apenas una breve disertación, un pequeño desahogo sobre el abismo comunicacional que pesa sobre nosotros los ex-urbanos neo-rurales -abismo que no siempre estamos dispuestos a salvar porque siempre es el de uno el brazo a torcer-, no, hoy sólo estoy lanzando un gemido con el que pretendo llamar la atención de quienes, como a mí, les encantaría tener un manual de instrucciones para situaciones desesperadas, para estos huérfanos de Coherencia que habitamos el Caos tratando de explicarlo, de entenderlo.

Comeflores que nos convertimos en Guerreros ajuro.

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