julio 27, 2011

"Disertación Vital" o "Vita brevis est" o "Qué carajo es la vida (o al menos, para qué)" o simplemente "Manifiesto"

Qué raro, veo a la gente tan orgullosa de todo, que si una boda, que si una graduación, que si los niñitos, que si el carro nuevo, que si esto y aquello, cualquier cosa, y a mí, no sé, como que nada me satisface o me interesa, todo me da como igual, lo que he logrado ya pasó y no me hace sentir ni frío ni calor, lo que no he logrado me incomoda pero no me quita el sueño; no me creo muy arrecha ni la gran vaina, sólo me importa hacer cada día lo que puedo y tratar de mejorar las cosas un poco, supongo que así soy feliz y no sé si es que de eso se trata la vida...

Cuando era niña creía que estaba predestinada para algo grandioso, de eso se trataría la vida. Cuando adolescente creía que merecía un brillante destino, mi futuro, es decir la vida, me parecía algo prometedor y lleno de esperanza. Cuando me gradué de la universidad ya me olía que el rollo de la vida era un fraude con perfume de fanfarria, pero era apenas una sospecha.

Hace un tiempo, cuando tenía expectativas, buscaba afanada la vida, hasta le escribía poemas a esa vida que yo estaba segura existía oculta en alguna parte. Porque sin duda que la escuela y la universidad no son vida sino preparación para la vida, pero después uno se gradúa, ajá, "lista para la vida" se diría, pero al menos yo no me logré convencer de que la vida fuera una semiesclavitud a sueldo mísero de quince y último, ni a tiempo parcial malpagado, ni a freelance subcontratada y peor... Así que sucesivamente, mientras más buscaba la vida menos me gustaba lo que encontraba. ¿Familia? Definitivamente nos viene por karma, pero ¿será el karma el meollo de la vida? no creo ¿Relaciones de pareja? no, ese peo no puede ser LA VIDA... ¿Amistades? unas muy frívolas, otras muy enrolladas, unas muy ocasionales, unas muy cercanas, pocas verdaderamente trascendentales... sin duda los amigos deben ser parte de la vida, pero la vida en sí, pues como que no, que si algo queda claro con los panas es que cada quien tiene SU vida... sea lo que sea que eso signifique...

Entretanto, o entretelones, la vida me encontró a mí, cómo lo díría, la vida se encontró adentro de mí, y me hizo correr. Porque es algo muy humano y natural (aunque lo natural ya no sea normal) que cuando uno no sabe muy bien qué hacer o adónde ir simplemente acelera el paso, ¡incluso si no te mueves para ningún lado!. Y bien, aquí estoy, echándole a la vida las bolas que no tengo, pero  no sé, será que estoy tan adentro de mí misma que es casi como estar afuera, en la soledad de mí, como flor de barranco, cogito ergo sum, sí soy, pero no me siento-soy ninguna de las etiquetas que pueda(n) guindarme, así que anglicísmicamente hablando (sí lo sé, abuso de mi licencia poética creando neologismos y juegos de palabras), más que soy, yo ESTOY hija, madre, nieta, sobrina, prima, hermana, cuñada, bruja, vecina, sentada, parada, vestida, desnuda, artista, ama de casa, repostera, homicida potencial, poetisa, narradora, profesora, ilustradora, amante, esposa, cocinera, lavandera, malcriada, menstrual, licenciada, dormida, despierta, furiosa, obstinada, depresiva, dramática, estoica, neurótica, efusiva, pasiva, evasiva, próspera, depauperada, iluminada, deportiva o lo que sea y nada de eso es lo que soy, a veces me desespero y grito, lloro en silencio, finjo demencia o cordura según el caso o me hago la loca y sonrío como me enseñó mi amigo Jimmy. No sé si es que me falta algo (además de la plata) o me sobra (además de los kilos), porque veo alrededor y la gente se la toma tan en serio a la vida y hablan tanto de la vida y tratan de vivirla todo lo que pueden la vida, y muestran orgullosos las postales de sus viditas, la vida, mientras que para mí es otro día la vida, un día más la vida, hasta cuándo la vida, para qué la vida, y no es que quiera morirme o piense suicidarme ni mucho menos, yo quiero llegar hasta el final y saber el resultado del juego... Porque es que yo creo -firmemente convencida- que la vida es un juego. Sólo que uno no se entera de las reglas ni del equipo... sólo supone. No hay instrucciones.

"Flor Eterna" Ilustración Digital por Angus

julio 20, 2011

El Flaco

Apareció una tarde a finales de junio del año 2009 frente a la casa donde vivía en ese entonces, la que yo apodaba "la chocita". Estaba viejo, sucio y enfermo. Sin embargo algo en su porte permanecía elegante y majestuoso. Otra causa perdida, pensé. -Ésas son las mejores- me gustaba decir en un lejano tiempo. 

Pasaron varios días, lo veía al salir en las mañanas y al volver en las noches, hasta que no aguanté más y le dejé un plato con comida y un pote con agua. En la mañana: vacíos... y ni rastro del personaje... bueno, agarraría fuerzas para seguir... pero al volver, en un rinconcito de la casa de Gonzalo lo vi asomando la nariz.

Ése fue el inicio de nuestra amistad. Con la confianza vinieron los baños, la peluqueada, el peinado, el cepillado de los dientes, el extirpado de pulgas y garrapatas, la cura de unas cuantas gusaneras y de un absceso que tenía en el cuello. ¿Asco? Desapareció a medida que nos compenetramos. Después me acompañaba para casi todas partes y hacía un escandalo si no lo dejaba seguirme. Como en esa época estaba en período de transición entre la chocita y mi terreno propio, lo asumí como un aliado, un familiar querido que había llegado a acompañarme.


Como ya era viejo no me pareció adecuado ponerle un nombre, o sea, lo intenté pero no lo logré: yo lo miraba fijamente a los ojos y le decía "¿Nico?... nada... ¿Lassie? nada... ¿Olafo? nada... ¿Torombolo? ¿Luis? ¿Marcel? nada... ¿Pirulín? ¿Gardel? ¿Pelúo? nada... él seguía echado, una pata cruzada sobre la otra, con la mirada melancólica y cansada, suspirando. Pero yo ya no podía seguir diciéndole simplemente "perro", así que empecé a llamarlo "flaco", que si "vamos, flaco, pa' casa 'e Lalo", "permiso flaco", "toma flaco" y así se quedó "El Flaco", porque al principio era puro pelo y hueso.


Mientras más nos conocíamos más me preguntaba yo ¿por qué lo habrían botado, qué habría pasado, lo buscarían en alguna parte? pues se notaba que en otro tiempo fue muy querido y consentido, hasta mimado. De cachorrito debió ser de lo más cuchi. ¡Si es que ese animal parecía gente! Entendía todo lo que uno le decía. El Flaco resultó todo un verdadero gentleman.


Y por esas cosas que pasan que son como pruebas de la vida o ironías del destino, cuando ya estaba bien bonito y sano, además de que por supuesto todos le habíamos agarrado muchísimo cariño, una tarde volvimos a casa y lo encontramos grotescamente muerto (¿y cuándo será que no es grotesca la muerte?)


-A ese bicho lo aliñaron- dijo Lalo. 


A mí se me hizo un nudo en las tripas. Desde la garganta hasta el intestino. Me dieron ganas de salir corriendo, llorar, gritar, todo al mismo tiempo. Pero como mi hijo aún no había visto nada, reprimí todo el drama y apenas una sola lágrima se me escurrió cuando le dije a Lalo con la voz quebrada -¿dónde lo vamos a enterrar?


Un par de meses después le sembramos encima un pino lazzo -el pino del Flaco- y hasta bromeé diciendo que éste sería el "pino Lassie". Y después traté de no pensar más en eso y de hecho lo hice, no pensé más en eso (y pues que no soy tan masoquista de ponerme a pensar en vainas que me depriman, coño, que para eso ya tengo suficiente con las circunstancias). 


Pero justamente por esas cosas que pasan que son como pruebas del destino o ironías de la vida, ayer cuando fui a cosechar en la mata de ají dulce de abajo, una rama del pino se me ensartó en la ropa. Cuando la agarré para zafarme pasó algo de lo más extraño: el arbolito se encendió con una luz espectral y los pájaros negros en lo alto del bucare ceibo se alejaron haciendo un sonido exactamente igual a los ladridos de mi amigo perdiéndose en la distancia. Enseguida lo supe, la raíz había llegado al cadáver y el alma del Flaco ahora emanaba de una nueva existencia vegetal. Mi compañero de camino ahora se levantaba para continuar junto a mí como un guardián fiel. "La vida no se acaba mientras el amor permanece", susurró en mi oído el Viento del Este. Escalofrío. Ésas son las sorpresas de la alquimia...





julio 05, 2011

Reflexiones de la Maternidad Crónica: Comida


Uno se pregunta cuándo es mamá si existe algo peor que tener que preparar cinco comidas al día (desayuno, merienda, almuerzo, merienda, cena) a perpetuidad o al menos hasta que los chamos completan su desarrollo o aprenden a cocinar por su cuenta - lo que suceda primero-. Y como mi amigo Murphy se encargó de cagarlo a uno con sus leyes, pues sí que existe algo mucho peor: No tener con qué hacerlo.

Menos mal que existe la teta... aunque mi chamito ya no se aguanta con esa chuchería, él sabe que le salieron dientes y para qué se usan. Y gracias a Dios sean dadas por los cambures, porque el otro se ve flaquito, pero no se crean, las apariencias engañan, no es falta de apetito ni parásitos intestinales, sino disposición genética esquelética sumada a la hiperactividad...  producto de la sobreestimulación precoz, me  dijo una vez una pediatra. El asunto es que los dos comen y no cuento precisamente. "Mami, ¿qué más me puedo comer?"

Y es que uno en su ingenua y comeflor fantasía neorrural como que cree que vas a sembrar moneditas y te va a crecer el árbol de la plata y que todo lo que pongas se va a quedar como en la granja Fisher-Price, si claro, estupidez humana infinita, como diría Einstein. En el mundo real, tardas nueve meses esperando que te salga un apio y cuando lo pares, digo, cosechas ya se te pasó la yuca, todavía le falta al ocumo y asi sucesivamente. Cuatro meses pa comerte una cachapa con maíz de tu propia cosecha, si tienes suerte. Pero como uno "no le echa nada" a las matas, es decir, que no uso agrotóxicos, que si no es una hormiguita, es un gusanito, o es una arañita, o es un pajarito, o la gallina que te picotea el huerto o el perro que te lo pisa o el chivo que se te suelta o la vaca del vecino que traspasó la cerca, o etcétera, porque la vida en el campo ES ASÍ.

Reto Reality Chou almuerzo del día: 200 gr de acelga, 10 tomates cherry, 1 cebolla, 1 cabeza de ajo, 1 pimentón (picoteado de gallina), 1 huevo (si la gallina pone el que le toca, que a veces se toma el día libre, la muy muy), cebollín, apio españa y lo que se encuentre por ahí, al propio riesgo. Tantas moras y fresas maduras como recolectes. Un poquito de miel. 
Tiempo: Lo que dure la siesta del bebé (entre 20 minutos y dos horas, el excedente será penalizado con una alarma increscendo instalada en el infante, mejor conocida como llanto).

La semana pasada hice magia. Esta semana me toca hacer milagros.
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