noviembre 24, 2007

Educación de Príncipe

"Por ejemplo un cronopio tiene un hijo, y enseguida lo invade la maravilla y está seguro que su hijo es el pararrayos de la hermosura y que por sus venas corre la química completa con aquí y allá islas llenas de bellas artes y poesía y urbanismo. Entonces este cronopio no puede ver a su hijo sin inclinarse profundamente ante él y decirle palabras de respetuoso homenaje.
El hijo, como es natural, lo odia minuciosamente..." Julio Cortázar. Historias de Cronopios y Famas


Algunas de las torturas que un pequeño príncipe puede infringir a su cronopio padre son:
- Repetir innumerables veces el ritual del wiki-tiki, por lo menos treinta y siete seguidas, antes de la puesta de sol.
- Explorar las repeticiones spanglishisticas junto a la profesora Dora La Inquisidora
- Ser intervenido por un dinosaurio que vive en las mentes de los infantes
- Castigo emocional, es decir, insultos, blasfemias y ley del hielo
- Probar los límites de las capacidades adaptativas dando alarmas de emergencia por placer
- Someter la más férrea de las voluntades ante las manipulaciones lacrimógenas
Además pedirá permiso a su majestad para cumplir con todos sus deberes cronopianos tales como atrasar relojes, comparar cosmogonías, inventar palabras o alterar el significado de las que ya existen, agujerear mangueras o despulgar gatos.
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