Aclaratorias


Escribo esta bitácora virtual como un diario confesional aunque en realidad se trata de una ficción, la Ficción del Yo, en este caso el mío. Quizás te parezca extraño, lector/a, pero yo no sé muy bien quién soy. No es que sufra de amnesia ni nada por el estilo, es decir, sé cuál es mi nombre, dónde y cuándo nací, quiénes son mis padres, quiénes son mis hijos -incluso mi árbol genealógico ascendente hasta la 5ta y 8va generación en algunas ramas-, las casas donde viví, sé las escuelas y liceos a los que asistí, la universidad de la que egresé, mi número de identificación personal, mi número de teléfono celular, la dirección de mi casa y así un etcétera casi infinito... Lo que quiero decir es, justamente, que nada de esto me parece propio de mí. Sin embargo, curiosamente, casi todas las personas que conozco podrían definirme con relativa facilidad. Yo creo que es porque tengo cara de espejo.


Algunas veces sufro ataques de ira, pero tampoco siento que esa furia sea mi verdadero ser. He cambiado el color y estilo de mi cabello muy a menudo, tratando de sentirme "más yo", sin relevante éxito la mayoría de las ocasiones. He tenido diferentes empleos, igual resultado, en ninguno me sentí identificada; de las relaciones ni hablar, no vale la pena. Desde que tengo consciencia estoy tratando de descubrir quién soy. Siempre me ha parecido estar desarrollando un teatro invisible, donde soy la actriz protagonista y la única espectadora del público.

Para quienes buscan al hada perdida en el mundo de los cronopios:

Originalmente tenía dos blogs, uno de ellos se titulaba "Cronopiorio: Crónicas lírico-domésticas de un hada atrapada en el mundo de los cronopios", porque una parte de mí se siente (o sentía) un hada criada por famas existiendo en un mundo atestado de CRONOPIOS. Los Cronopios son unos seres verdes y húmedos que llegaron a nuestro imaginario gracias a la pluma inigualable del Genio Julio Cortázar. si no has leído sus Historias de Cronopios y de Famas quizás te cueste entender mucho de lo que sucede en mis crónicas. Durante una particular época de mi vida estuve adherida a esa viscosidad cronopial que transforma todo lo cotidiano en caos, como una exquisita y delirante entropía doméstica. Así que al verme delirante cual Quijote en sus caballerías, yo Quijota en las cronopierías cortazarianas extraviada, decidí convertir la locura en crónicas, modesto homenaje al Maestro Cortázar, pues no acaban esos seres ahí donde él los dejó, que por el contrario liberó un portal de cronopios, famas, esperanzas y seres intermedios que ahora vagamos entre la solidez de la ficción real y la fluidez de la ficción virtual. Por otra parte, de mi época universitaria principalmente, cuando deambulaba muchas veces a horas imprudentes y me escabullía entre las marejadas de gente en la babilónica Caracas, tengo una gran cantidad de relatos y poesías, retratos de la vida intensa y oscura que pulula en la metrópolis con toda su decadencia chic y postmoderna. La expresión de mi caraqueña neurótica. Ése era mi "Agujero con Vista a las Alcantarillas". Las crónicas de CRONOPIORIO fusionadas con el AGUJERO CON VISTA A LAS ALCANTARILLAS se han transformado en las CRÓNICAS DEL ARRECIFE AZUL (una cadena montañosa en constante formación, con ambiciones de ecosistema, que se multiplica en las profundidades subconscientes y oníricas, territorios inciertos de aterradora belleza y monólogos existenciales), pues ya el hada oprimida en el mundo de los cronopios ha recuperado su libertad y vuela feliz por los bosques azules, sin embargo, un ser mutable e informe ha quedado en su lugar: un organismo vivo, en constante crecimiento, no exactamente vegetal pero echando raíces y frutos, ni animal aunque sus reacciones sean viscerales, no totalmente humano porque no se asume en ese género nefasto aunque es el que le toca para desenvolverse, sí muy mitológico, con tintes de bestiario, de fábula, de verbo primigenio y sublime en términos kantianos. Un ser que soy yo en la búsqueda de ser, la ficción que me invento para vivir la cotidianidad agobiante, el intento de convertirme en la que sueño y sueña, el espejo donde se graban los rostros que encuentro, con sus luces y sombras, el vacío a través del que fluye la magia; en fin, una conciencia de mí misma que no alcanzo a comprender y por lo tanto, necesito compartir.


Sin embargo, no todo es tan simple. Porque mi nombre en sí es ambiguo, ya que coral es el "nombre de varios cnidarios submarinos que viven en colonias y cuyas duras secreciones dan lugar a la formación de una serie de ramificaciones calcáreas de color rojo o rosado", pero también es una "serpiente venenosa, con anillos rojos, negros, blancos y amarillos, que habita mayormente en las regiones tropicales del continente americano".


Así que respondiendo a mi dualidad, escapando de las alcantarillas y desprendiéndome del delirio cronopial pasé por un exilio en una isla tropical del Oriente del país, donde el calor abraz/sante y la maternidad recién inaugurada me colapsaron hasta obligarme-empujarme a un salto cuántico sin precedentes. Y por aquello de cuidado con lo que deseas porque es posible que se cumpla, zuásss, la lengua es el castigo del cuerpo y aquí tienes lo que pediste. Your own very kingdom. Mi propio reino de ensueño -y pesadilla-. En las montañas azules de los Andes Venezolanos. Mar y Montaña. Una ambivalencia que siempre ha existido en mi interior, pero ganó la Montaña y el Mar quedó en mí como nostalgia, horizonte lejano en los días despejados que dejan ver el Sur del Lago y más allá, recurrente escenario de mis vivencias oníricas, muchas de ellas inquietantes. Éso es principalmente lo que alimenta a las secciones El Arrecife Azul y El Archipiélago.


Así que aquí estoy, desafiando a lo establecido, en una montaña perdida entre montañas, en una aldea insignificante, viviendo una vida de ermitaña. Dándomelas de artista, pero además soy mamá, o quizás debería decir, pero PRINCIPALMENTE soy mamá, un oficio que me llegó la primera vez por accidente y la segunda vez por demente, una condición perpetua que no recomiendo y de la cual reniego mucho pero que es en realidad mi propósito vital más importante. De ahí vienen las Reflexiones de la Maternidad Crónica.


No todo está completamente diferenciado, más bien todo esto coexiste en mí, junto a las visiones, sensaciones e impresiones que los Otros me van dejando... como una gran sopa que todo el tiempo cambiara de ingredientes y de la que siempre te sorprende lo que saca el cucharón cada vez, por eso algunos textos pertenecen a varias secciones.

Dicho esto, aclarados los puntos pues, si aún te animas, léeme, a tu propio riesgo, aunque quizás al hacerlo te transmita un poco de mi perturbación...







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