marzo 21, 2006
Buenas Salenas
Había una vez una pequeña hada que volaba feliz y despreocupada por todos los mundos que conocía hasta que un día se fundió en el abrazo de un cronopio, uno de esos seres verdes y húmedos, desde entonces sus alas quedaron adheridas a la sustancia viscosa del cronopio y continúa intentando remontar los espacios etéreos. Ésta es su historia...
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